"Se pensó, a menudo, que la formación ética consiste en “aprender”
valores, y se exhortó a los educadores a consagrar tiempo y esfuerzo a tal forma
de enseñanza. Pero la experiencia nos advierte a diario que los valores no se
“aprenden”; se “descubren”. Por tanto, no debemos los mayores “enseñarlos”,
sino “ayudar a descubrirlos”. " Alfonso López Quintás en Pedagogía de la admiración y su fecundidad educativa
Educar la sensibilidad implica enseñar a valorar… Valorar diversas situaciones que van construyendo la historia de nuestras existencias; una historia que vamos elaborando segundo a segundo; ininterrumpidamente… Porque esto es lo único real: La historia de nuestra vida que se va conformando de acuerdo con las decisiones que tomamos frente a las también ininterrumpidas situaciones que debemos enfrentar: Los demás deciden y esa decisiones nos afectan; seamos conscientes de ello o no; nuestras decisiones también afectan a los demás… A veces, las consecuencias son inmediatas, directas; otras, no… se suceden en una inacabada cadena de situaciones La escritora Marguerite Duras, lo expresa muy bien en su novela autobiográfica “El amante”, escrita cuando tenía setenta años:
“Ahora comprendo que muy joven, a los dieciocho años, a los quince años, tenía ese rostro premonitorio del que se me puso luego con el alcohol, a la mitad de mi vida. (…) Quince años y medio. La travesía del río. (…) Debió de ser en el transcurso de ese viaje cuando la imagen se destacó y alcanzó su punto álgido. Pudo haber existido, pudo haberse hecho una fotografía (…) Pero no existe. El objeto era demasiado insignificante para provocarla. ¿Quién hubiera podido pensar en eso? Sólo hubiera podido hacerse si se hubiera podido presentir la importancia de ese suceso en mi vida, esa travesía del río” (M. Duras, “El amante”. Ed TusQuets, Barcelona, 1991, Pág. 15-16). Así es, no hay una foto de ese momento de la vida de Marguerite que marcó la historia de su vida, un día aparentemente como cualquier otro que creemos no volveremos a recordar pues aparece rutinario. Pero esta vez apareció una limusina y en ella aquel elegante chino que la mira para luego entablar una conversación… Marguerite tiene quince años y medio; él veintisiete… Ella decide responderle; luego aceptará la lleve a casa… A partir de entonces, vendrán otros encuentros y muy pronto la decisión de estar repetidas veces junto a él, en ese departamento donde ella decide no lo amará sino será el medio de llevar el sustento monetario que necesita su madre para mantener a su pequeño hermano y al otro, al irresponsable, al que los hiere… Él le dirá constantemente que la ama; pero ella es muy niña para saber lo que es amar y pesan las palabras de su madre sobre ella: lo mejor que puede hacer como mujer es lograr un hombre con dinero… Año y medio después, el chino de Cholen insistirá que la ama y que ella debe decidir: Por razones de tradición, él debe casarse con quien su padre ha decidido debe hacerlo, desde que era niño; él está dispuesto a renunciar a todo por ella… Marguerite insistirá en que no le ama; le dice que se case y que a ella le dé dinero para regresar a Francia, en barco, junto a su madre y hermanos… El día de la partida la limusina estaba allí, ella en la borda, como la primera vez en el transbordador. Ya entrada la noche, en el gran salón del puente principal, se dejó oír un vals de Chopin… Entonces se produjo un salto en la vida de Marguerite “Y la joven se levantó como para ir a su vez a matarse, a arrojarse a su vez al mar y después lloró porque pensó en el hombre de Cholen y no estaba segura, de repente, de no haberle amado con un amor que le hubiera pasado inadvertido por haberse perdido en la historia como el agua en la arena y que lo reconocía sólo ahora, en este instante de la música lanzada a través del mar” Y Marguerite envejeció porque descubrió muy tarde quién era ella y quién era él y su amor… Un día, en París, luego de cuarenta años, después de la guerra, bodas y divorcios, hijos y libros, la escritora recibió una llamada telefónica: “Ella le reconoció por la voz. El dijo: sólo quería oír tu voz. Ella dijo: soy yo, buenos días. (…) Y después ya no supo qué decirle. Y después se lo dijo. Le dijo que era como antes, que todavía la amaba, que nunca podría dejar de amarla, que la amaría hasta la muerte” (Ibíd. Pág. 146)
Nadie sabe con anticipación, cuál será el momento de las decisiones más importantes… Lo sabremos luego, por las consecuencias… las decisiones tomadas por Marguerite Duras, entre los 15 años y medio y los dieciocho años, marcaron toda su vida y la de aquel hombre; las decisiones de su madre la marcaron desde niña a ella… Marguerite se fue revistiendo de una coraza para no amar… peor aún; para no amarse. La forma de defenderse fue hacerse insensible, indiferente a su propio ser y al de otros. ¿Consecuencias? Sufrió e hizo sufrir.
Uno de los factores que influyen en la mala toma de decisiones, es el no apreciar, el no saber valorar las situaciones posibles o actuales ante las cuales nos encontramos. Una especie de ceguera afecta al ser humano que lo lleva a arrasar con todo lo valioso, incluso consigo mismo; una insensibilidad para apreciar la belleza, la bondad, la lealtad, lo sagrado o digno…
En esta Unidad, propondré algunos principios y virtudes vinculadas a ellos, que debiéramos tener presentes, si nos proponemos educar la sensibilidad para formar en valores.
- Distinguir juicios de valor (axiológicos), juicios afectivos, juicios sobre sensaciones, juicios respecto ideas, juicios de fe o creencias.
- Despertar sentimientos nobles y educar las sensaciones para actuar noblemente.
- Restablecer el vivir por un ideal y la felicidad
1. Distinguir entre juicios de valor (axiológicos) y juicios afectivos,
sobre sensaciones, ideas y creencias.
C.S. Lewis, autor de las Crónicas de Narnia, muy molesto reclama sobre los riesgos de confundir lo que es emitir un juicio sobre una teoría o ideas con juicios valóricos y afectivos:
“Dudo que prestemos suficiente atención a la importancia que tienen los textos escolares básicos. Tal es el motivo que me ha llevado a elegir como punto de partida de estas conferencias un pequeño libro de lenguaje destinado a "niños y niñas que cursan sus últimos años de escuela" (…) No quiero poner en ridículo a dos modestos profesores que hacían lo mejor que podían; pero tampoco puedo guardar silencio ante lo que creo la verdadera tendencia de su obra. Por lo tanto, he decidido ocultar sus nombres. Llamaré Gayo y Tito a estos dos señores, y a su obra, El libro verde. Pero les aseguro que este libro existe y que lo tengo en mi biblioteca.
En el segundo capítulo, Gayo y Tito citan la conocida historia de Coleridge en la cascada. Recordemos que había dos turistas presentes: uno la llamó "sublime" y el otro, "linda"; y que Coleridge mentalmente aprobó el primer juicio y rechazó con disgusto el segundo. Gayo y Tito opinan lo siguiente: "Cuando el hombre dijo Esto es sublime, parecía referirse a la cascada... En realidad... no estaba hablando de la cascada, sino de sus propios sentimientos. En efecto, lo que estaba diciendo en realidad era Tengo ciertos sentimientos, asociados en mi mente a la palabra 'sublime'... o más brevemente: Tengo sentimientos sublimes.”
He aquí varios temas bastante profundos, tratados un poco a la ligera. Pero los autores aún no han terminado. Añaden: "Esta confusión está siempre presente en el lenguaje, en el uso habitual que hacemos de él. Parecemos estar diciendo algo muy importante sobre una cosa y, en realidad, sólo decimos algo sobre nuestros propios sentimientos". (“C.S. Lewis “La abolición del hombre”. Ed. Andrés bello, España, 200, pág. 11-12)
Muy molesto, Lewis aclara que la expresión de uno de los turistas “es sublime” surge ante la admiración por la magnificencia, grandeza, perfección de la cascada, del paisaje. Se trata de un goce estético, es decir un goce ante la belleza que, en este caso, hace referencia a la perfección de la naturaleza. Es símil a cuando ante la visión del filme “Anjos do sol”, en el cual vemos como una mujer se enriquece con la compra y venta de niños para su comercialización sexual, exclamamos: “Es depreciable”. Lo despreciable es la acción de esa mujer. Al decir despreciable, estamos valorando una acción como perversa, no digna de ser apreciada, pues atenta contra todo valor. No es una expresión que aluda a que nuestros sentimientos son despreciables.
"Hay formas distintas de belleza. Entre ellas destaca lo sublime, lo que nos asombra por su grandeza y valor, y nos invita a elevarnos a su altura. Esta elevación sólo podemos llevarla a cabo si somos sensibles y receptivos. (...) Cuando se piensa en lo pobres, se lamenta automáticamente su carencia de alimento, vestido y hogar. Pero se alude menos a la sordidez del ambiente y a la fealdad del entorno. Parece olvidarse que la belleza va de la par con la verdad y la bondad. Son tres lo ejes de la vida humana normal" (Alfonso López Quintás en "El Libro de los valores" que escribiera junto a Gustavo Villapalos. Planeta 1998. España, p. 351 y 353). Por su parte, Anthony de Mello en su relato "Un minuto para el absurdo" nos cuenta:
"El maestro le dijo a un asistente social: - Me temo que estás haciendo más mal que bien.
- ¿Por qué?
- Porque únicamente subrayas uno de los imperativos de la justicia.
- ¿A saber...?
- Que los pobres tienen derecho al pan.
- ¿Y cuál es el otro?
- Que los pobres tienen derecho a la belleza. (Sal Terrae, Santander 1993, p.134)
Así la educación estética (de la belleza) es parte de la formación de la persona como tal, de toda persona y todo acto personal. Es la formación del hombre como contemplador. Enseñar a vivir la vida y cada uno de sus actos en forma bella, para ser mejores personas, es nuestro reto. Es la belleza del ser la que tiene manifestaciones o proyecciones sensibles para las cuales hay que educar la sensibilidad. La educación de la sensibilidad o estética – de la belleza- impulsa la ascensión del hombre desde lo visible a lo invisible.
Es respetable, justo, correcto, perverso, injusto, prudente, miserable, respetable, importante, despreciable, digno, indigno, honesto, etc., son afirmaciones que tienen que ver con valores éticos (vinculados al bien o mal actuar moral). Es bello, es feo; no es armonioso; tiene que ver con valores estéticos. Es verdadero, es falso, es ambiguo; dice relación con valores del intelecto.
Afirmaciones respecto sentimientos son: Lo amo, tengo cariño, afecto, ternura, odio, antipatía, alegría, tristeza, temor, angustia, pena… etc.
Juicios sobre sensaciones: me agrada este sabor, es lindo este color, tengo hambre, estoy mareado, tengo frío, siento placer… etc.
Juicios sobre ideas son: La ley de gravedad consiste en… El átomo de uranio… las palabras esdrújulas son…
Juicios sobre creencias: Dios existe, Dios no existe, existe la reencarnación, con la muerte termina la existencia, después de la vida vamos a otra dimensión…. etc.
Respecto a los profesores que Lewis critica, además, ellos emiten otro juicio de valor cuando dicen: “Parecemos estar diciendo algo muy importante sobre una cosa y, en realidad, sólo decimos algo sobre nuestros propios sentimientos “. Hacen una valoración de los sentimientos como algo poco importante, esto es, no valioso.
http://www.psp.mineduc.cl/Documentos/200706141620070.ManualdetrabajoVideoPSP.pdf
http://www.psp.mineduc.cl/Documentos/200706141620070.ManualdetrabajoVideoPSP.pdf
Es importante la educación de la sensibilidad para desarrollar la afectividad, despertando sentimientos nobles que, serán tales, si esa sensibilidad tiene una dirección moral que ordena el aspecto sensorial. Pues el violador, abusador, cruel, son esclavos del placer; ante una falta de sensibilidad moral. Quien tiene sensibilidad moral, valórica, pone el placer al servicio del deber; así si un placer –drogarse, viciarse en el juego- es destructivo, lo rechaza; si el placer sexual le impide responder a un deber laboral, lo posterga; si siente ira, la domina y no agrede; si tiene ganas de divertirse, pero hay una responsabilidad no cumplida, posterga la entretención…
Se deben educar las sensaciones auditivas para apreciar la música y distinguirla del ruido; la vista para distinguir la armonía y proporciones de formas, colores y planos para saber apreciar la obra de arte, educar el sabor para aprender a bien alimentarse, educar la resistencia corporal para ser laborioso y sano… En fin, educar todas las sensaciones para ser sobrio.
Existen cuatro virtudes llamadas cardinales, por cuanto ordenan todas nuestras acciones, de tal forma nuestro actuar sea correcto, honesto, digno, moral, bondadoso: la prudencia, la templanza, la fortaleza, la justicia. Pues bien, la sobriedad es una virtud que deriva de la templanza que consiste en el vivir en forma equilibrada, armoniosa: Es la virtud de la belleza humana, pues la belleza es proporción, armonía, plenitud. Descansar, estudiar y/o trabajar, celebrar, jugar… todo ello y más pero en equilibrio. La persona sobria es quien posee el dominio y autocontrol de sus sensaciones, placer, impulsos y ese famoso chilenismo “tengo o no tengo ganas”. La sobriedad es condición necesaria para la salud, la responsabilidad consigo y con los demás y el acceso a la auténtica libertad. La sobriedad nos permite valorar nuestros propios intereses y deseos, estableciendo un límite entre lo justo, sano, razonable y lo desmedido, desproporcionado, desequilibrante, desarmonioso, injusto e insano.
Contrarios a la sobriedad es el hedonismo (búsqueda del placer por sobre todo valor) que lleva a los siguientes vicios (realización de antivalores):
· Consumismo y despilfarro: Es el gasto de dinero en forma incorrecta pues se compra más de lo necesario o justo, de acuerdo a las circunstancias. Se compran cosas innecesarias o se cae en comprar algo que podría ser justo anhelo pero injusto de acuerdo con las circunstancias. Ejemplo de esto último: es justo anhelar un segundo par de zapatos o chaqueta pero es injusto, si se le solicita a los padres cuando estos están sacrificando incluso sus necesidades (comida, descanso, remedio) para dar una mejor educación a los hijos.
· Ebriedad: Se refiere al beber en exceso, esto es, en forma desequilibrada de alcohol; ya porque se pone en peligro la salud o se dificulta el uso de la razón o se provoca una adicción. También es ebrio quien bebe cuando no debe hacerlo, porque está en un lugar o momento que no corresponde – trabajo, escuela, hospital, etc.- porque bebe cuando va a conducir un vehículo, arriesgando su vida y la de los demás o porque prefiere beber a alimentarse o pagar las cuentas o cumplir con otros compromisos. Lo mismo puede ser aplicado para el fumador.
· Gula (glotonería y golosería): se refiere a quien come en forma desequilibrada; demasiado de todo (glotón) o sólo lo que le gusta (goloso). También cae en un vicio el anoréxico que no desea comer lo que es prudente o justo para la salud.
· Lujuria: Es la búsqueda del placer sexual sin más, en forma desordenada e ilimitada, atentando contra la dignidad personal pues se cae en el uso del otro y de sí mismo. Cae en promiscuidad quien sostiene relaciones sexuales múltiples según la ocasión. Se llama lascivia a la imposibilidad de controlar la libido. La lujuria puede llevar a una serie de perversiones sexuales: abuso sexual, voyerismo, sadismo, violación, etc.
· Irascibilidad: es el enojo desmedido que lleva al afán de destruir directamente o indirectamente a otro, a quien se percibe como enemigo o como obstáculo para cumplir con los propios anhelos o fines. La ira es: a) Directa: cuando se agrede psíquica, verbal o físicamente a la persona que es objeto o motivo de la ira. b) Indirecta: cuando se destruye lo que es importante para la persona que provoca la ira: su familia, sus bienes o lugares vinculados a la misma y c) Cuando no se otorga lo que es deber y corresponde. En este último caso, hablamos de violencia por negligencia o abandono.
· Flojera: excesivo descanso o diversión que lleva a la persona a no cumplir con sus deberes de laboriosidad, familia, amistad, ciudadanía.
http://www.youtube.com/watch?v=5zLDT2-ju9Y
Lo mismo respecto los sentimientos, es importante sensibilizarnos hacia lo enaltecedor, de tal modo surjan sentimientos vinculados al amor por la belleza, la paz, el orden, la generosidad, la creación, la misericordia, la solidaridad, la colaboración, la perseverancia, la lealtad, la fidelidad, la fortaleza o valentía, la gratitud, el respeto, la justicia del deber y del derecho merecido, la prudencia. El mundo, lo demás y nosotros mismos, no sólo somos captados por una inteligencia racional sino por nuestra intimidad afectiva y moral, social, religiosa… ¿Qué sentimientos provoca la noticia de los constantes abusos sexuales y qué sentimientos el acto heroico de quien arriesga su vida por salvar a otros o el amor de una pareja que se ama durante toda su vida hasta envejecer y morir? ¿Qué sentimientos provoca ese video donde una animal acude al lado de otro para intentar reanimarlo en un caso de atropello? Son Es tan importante sensibilizar a los niños desde temprana edad, respecto el cuidado de la naturaleza, de los animales, que paso transcribirles lo que hoy es asegurado por la psiquiatría:
“Aquellos que abusan de los animales, según indican los expertos, son hasta cinco veces más propensos a cometer crímenes violentos contra las personas. Un adolescente británico que mete al hámster de su hermano en el microondas, un grupo de chicos que crucifica a un gato en la Comunidad Valenciana y otro que asesina brutalmente a un burro en Extremadura, tres mexicanos que torturan a un perro y cuelgan los vídeos en la Red... Animales desollados, quemados, empalados, mutilados, apaleados…
Es frecuente leer o escuchar frases como 'son cosas de niños' cuando se tratan estos sucesos (…)En países como EEUU, el interés por este tipo de actos es creciente. No sólo por la mayor sensibilización hacia los animales sino por las evidencias cada vez más numerosas de la relación entre los actos de crueldad con los animales y otros crímenes que van desde el consumo de drogas hasta los asesinatos en serie.
En la década de los 80, Alan Felthous, experto en Psiquiatría Forense, llevó a cabo varias investigaciones que mostraban de forma consistente cómo detrás de las agresiones a personas había, en muchas ocasiones, una historia de abuso a animales. Sus trabajos, realizados con hombres especialmente violentos internados en las cárceles de EEUU, así lo confirmaron.
Después de eso, otros han analizado la cuestión. En 2002, la revista 'Journal of the American Academy of Psychiatry and the Law'hacía público un estudio en el cual se asociaban los actos repetidos de crueldad con los animales en la infancia con el desarrollo de un trastorno de personalidad antisocial, la presencia de rasgos antisociales y el abuso de sustancias.
"Aproximadamente, la mitad de los individuos asociales incurre en conductas sádicas y si lo hacen antes de los 10 años el pronóstico es peor", señala Montañés. Que el menor pase de un acto aislado de violencia contra un animal a cometer otros crímenes "es una escalada", añade este experto. "Si repites el acto y va aumentado el tamaño del animal; si se disfruta… Las posibilidades son mayores".
La sensibilización en España ante esta problemática es baja. "Estamos a la cola", afirma Núria Querol i Viñas, médico de familia del Hospital Universitario Mútua de Terrassa, criminóloga y experta en estos temas. "El maltrato a los animales es espeluznante y pocas veces se hace nada", añade.
Sin embargo, subraya Querol, que además es miembro de la Asociación Americana de Criminología, "cuando se detectan casos de menores que maltratan a animales, hay que tener cuidado porque puede haber un trastorno de conducta. No se puede pasar por alto, es una oportunidad para intervenir".
En este punto coincide con ella el doctor Montañés, que incide en la necesidad de "acudir al psiquiatra en casos de crueldad con los animales porque al principio estas personas pueden tener fácil remedio. La falta de control de los impulsos, la empatía, el manejo de la ira... son cosas que se pueden tratar si se cogen a tiempo", añade Querol.
Uno de los objetivos de esta experta es instaurar en España, como ya existen en otros países, programas de intervención para trabajar con estas personas ya que "es muy importante cambiar los valores y no se hace de forma sistemática", concluye” (Diario El mundo /08/2010. Cf. http://www.elmundo.es/)
Charlie y la fábrica de chocolates (http://www.youtube.com/watch?v=nV_Lcn17q3o&feature=related)
Una película que presenta vicios y virtudes
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